Cada año la sociedad mira
temerosa los informes educativos PISA para poder valorar de forma cuantitativa
como de malo es nuestro sistema educativo.
Los informes PISA valoran las competencias matemática y lingüística de
los jóvenes que serán el futuro de los diferentes países desarrollados y por
consiguiente califican el desarrollo
educativo de un país.
Todos los años los resultados del
sistema educativo español no son los esperados y por lo tanto PISA nos informa
de forma fehaciente que los jóvenes finlandeses son más competentes que los
españoles en competencias fundamentales como la lingüística y la
matemática, y por lo tanto nuestro
sistema educativo es mucho peor que el finlandés.
Esto no sería mayor problema si
nos sirviera para analizar la situación de nuestro sistema educativo e intentar
mejorarlo. Sin embargo, permitimos que la clase política utilice los informes
para poder derogar leyes que modifiquen el sistema educativo de forma
superficial sin analizar en profundidad cuales son las verdaderas cusas de
porque tenemos malos resultados en estos informes.
La comunidad educativa permite que los políticos discutan sobre cambios superfluos que no mejoraran en nada el futuro de nuestra sociedad, así que, debatimos sobre la importancia de llamar a una asignatura conocimiento del medio o dividirla en dos, sobre si se debe dar religión o cultura de las religiones, dejando los temas importantes como por ejemplo podría ser las ratios de alumnos por aula totalmente al margen del debate, sin embargo este es otro tema que podremos discutir en otro momento. En la reflexión de hoy nos centraremos en cómo conseguir un sistema educativo de alto rendimiento que nos permita estar en los primeros puestos de los informes PISA. Quizás en un país donde la mayores alegrías nos las da la cultura deportiva y nuestros deportistas deberíamos mirar mucho más al rendimiento deportivo y entender que cuando un deportista entrena siete horas diarias para conseguir una medalla olímpica, cuando llegan esas olimpiadas y no las consigue, la respuesta simple, la respuesta política podría ser es que le faltan horas de entrenamiento, por lo que ese deportista pasará a entrenar ocho horas diarias y de esa forma se asegurará el conseguir su medalla en las siguiente olimpiada. Sin embargo, si cuando vuelve a competir el resultado vuelve a ser el mismo, debemos sentarnos y analizar en profundidad que la relación causal mayor número de horas de entrenamiento mayor número de medallas no se está cumpliendo y que por lo tanto debemos de mirar más allá, porque igual en el alto rendimiento deportivo y educativo necesitamos que los auténticos especialistas se encarguen de analizar qué es lo que está pasando, y descubrir que hay otros valores igual o más importantes que el número de horas de entrenamiento, como son, la nutrición, el descanso o los estilos de vida del deportista.
La comunidad educativa permite que los políticos discutan sobre cambios superfluos que no mejoraran en nada el futuro de nuestra sociedad, así que, debatimos sobre la importancia de llamar a una asignatura conocimiento del medio o dividirla en dos, sobre si se debe dar religión o cultura de las religiones, dejando los temas importantes como por ejemplo podría ser las ratios de alumnos por aula totalmente al margen del debate, sin embargo este es otro tema que podremos discutir en otro momento. En la reflexión de hoy nos centraremos en cómo conseguir un sistema educativo de alto rendimiento que nos permita estar en los primeros puestos de los informes PISA. Quizás en un país donde la mayores alegrías nos las da la cultura deportiva y nuestros deportistas deberíamos mirar mucho más al rendimiento deportivo y entender que cuando un deportista entrena siete horas diarias para conseguir una medalla olímpica, cuando llegan esas olimpiadas y no las consigue, la respuesta simple, la respuesta política podría ser es que le faltan horas de entrenamiento, por lo que ese deportista pasará a entrenar ocho horas diarias y de esa forma se asegurará el conseguir su medalla en las siguiente olimpiada. Sin embargo, si cuando vuelve a competir el resultado vuelve a ser el mismo, debemos sentarnos y analizar en profundidad que la relación causal mayor número de horas de entrenamiento mayor número de medallas no se está cumpliendo y que por lo tanto debemos de mirar más allá, porque igual en el alto rendimiento deportivo y educativo necesitamos que los auténticos especialistas se encarguen de analizar qué es lo que está pasando, y descubrir que hay otros valores igual o más importantes que el número de horas de entrenamiento, como son, la nutrición, el descanso o los estilos de vida del deportista.
Un sistema educativo de alto
rendimiento no puede continuar dando la respuesta simple de cómo no somos
buenos en competencia matemática lo que hacemos es aumentar las horas de
matemáticas en la siguiente ley educativa. Estamos dando una respuesta simple a
un problema realmente complejo, y bajo mi punto de vista nos estamos
equivocando de paradigma. La sociedad debe permitir que sean los expertos, los
especialistas de la educación los que analicen el sistema educativo y den
respuestas complejas a problemas complejos. Sin embargos aceptamos las respuestas simples a golpe de leyes u órdenes
educativas que aumentan las horas de lenguaje o matemáticas disminuyendo el
número de horas a las artes ya sean
musicales, plásticas o corporales. Asignaturas que hacen disfrutar a los
jóvenes y que la neurociencia demuestra que mejoran los procesos de aprendizaje
y el rendimiento educativo.
Quizás estas asignaturas son mucho más, estas
asignaturas son la nutrición del alto rendimiento deportivo, que permite a nuestros alumnos recargar de
energía su Sistema nervioso, el descanso que permite a los alumnos evadirse del
estrés del alto rendimiento y los estilos de
vida que permiten entender a nuestros alumnos que todos no somos buenos
en todo pero que todos destacamos en algo donde podemos competir a alto nivel.
Creemos un sistema educativo que
haga que los niños quieran ir a la escuela
y una escuela que ayude a descubrir que se le da bien a cada niño,
intentemos mirar más allá del árbol de los informes PISA que no nos permite ver
un bosque entero de oportunidades educativas que nos permitan crear una
sociedad mejor.
Reflexión aportada integramente por mi amigo y compañero Pablo del Pozo Moreno. Un entrenador - profesor crítico y reflexivo, y de una calidad humana de "alto rendimiento".
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